miércoles, 6 de junio de 2018


Úteros, flores y frutos



Para que mi ciclo menstrual tuviera sentido, necesité alejarme de las representaciones gráficas del mismo que aparecen en los libros de ginecología y en webs sobre el tema. En esos esquemas se muestra a menudo el útero en sus distintas fases a lo largo del ciclo. Ese útero dibujado aparece siempre con un interior que cambia, con más o menos color dentro según la fase del ciclo, pero exteriormente imperturbable, a pesar de ser un órgano musculoso con capacidad de expandirse. Me recuerda un poco a los anuncios de compresas o tampones, donde se vende el “no se nota, no traspasa “ para que parezca que nada está sucediendo.

Representación clásica del útero

Esas imágenes de úteros y ciclos rígidos las acabé sustituyendo por otras, mucho más flexibles y diversas, que surgieron de mi contacto con la vegetación tropical mexicana: grandes hojas, flores coloridas y frutos suculentos


Flores del flamboyán o árbol del fuego

Planta de plátano con frutos

Flores de planta de plátano
 
Desde estas imágenes vegetales pude regresar a mi cuerpo humano, para sentir mi útero como un órgano flexible que se dilata y contrae a ritmo mensual, y para vivir mi ciclo como un proceso de desarrollo continuo. He encontrado además, más allá de libros y webs, artículos científicos donde se demuestran claramente los cambios de tamaño del útero entre una fase y otra del ciclo*, lo que encaja perfectamente con mis sensaciones.
Ya no quiero ni puedo volver a los esquemas que muestran el ciclo menstrual como algo que ocurre de puertas adentro, en úteros y ovarios que son como cámaras de paredes de hierro. Mi útero, mis ovarios y todo mi cuerpo se expanden en cada ciclo, para luego retraerse de nuevo en un continuo y variable latir.
* MC Ikpe, AM Abasiattai, I Okoye, Ultrasound evaluation of the uterine size and endometrial changes in a normal menstrual. Tropical Journal of Medical Research., vol 16, 2, 2012.