Catalina Cepeda Pereira De niña me encantaba voltear las piedras de la huerta en busca de insectos que me sorprendieran y trepar a los árboles para sentirme libre. Quizás tratando de prolongar esas sensaciones, estudié Biología en mi ciudad natal, Santiago de Compostela. Me acabé decantando por hacer una tesis en las áreas de Microbiología y Biología Molecular, realizando parte de la investigación en Francia y obteniendo así mi doctorado europeo. Alterné mi formación investigadora con periodos de trabajo en el sector de la acuicultura gallega. Mis actividades en esos años las realicé principalmente dentro de un laboratorio, y tomaron forma de publicaciones en revistas internacionales, ponencias a congresos e informes de empresa.
En
el año 2004, con 35 años, llegué a Yucatán, a través de un
programa de cooperación internacional, para trabajar como
investigadora en la universidad. La exuberante naturaleza tropical
que me rodeaba me atrapó desde el primer momento y acabó por
arrancarme del laboratorio. Poco a poco me fui
alejando de la vida académica y me formé en áreas que requerían
un contacto más íntimo con la naturaleza, como la medicina maya, la
cosmética natural y la elaboración de telares y alebrijes. Mi
trabajo tomó forma de exposiciones de arte, talleres de fisiología
creativa o jabones medicinales. Mis colaboradoras, durante estos
últimos años, han sido artistas, artesanas, doulas y apicultoras.
En
la actualidad transito entre la ciencia y la artesanía, los símbolos
y los materiales, mi origen microbiano y mi condición humana. Ya no
levanto tantas piedras como cuando niña porque aquí en el trópico
me puedo encontrar con serpientes y alacranes, pero sí han regresado
las sensaciones de sorpresa y libertad que iluminaron mi infancia.
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